Si bien el
agüita de Coramina fue útil a los entrenadores
de futbol imaginarios que se frustraron tras la eliminación de Chile porque ya no
confeccionarán la lista de los 23 nominados de la roja a Rusia 2018, por estos
días -¡cosa rara!- se multiplican los Míster Pipa elucubrando ya sea la lista de los llamados al nuevo
gabinete, si éste debe privilegiar la experiencia política por sobre la
técnica o, lo más importante, el estilo de juego que le impondrá a su gestión
el presidente electo.
Pero algo
inédito pasa con nuestra política, los que ayer fueron derrotados hoy se sienten
victoriosos porque el ganador acogió sus
ideas y el sector triunfador, que hace un
par de años era una oposición silente y ausente, en lugar de reafirmarse
en su convicciones doctrinarias como que se menoscaba y avergüenza, incluso algunos
proponen que se privilegien los adjetivos mientras otros, de frentón, dicen que no sean más lo que son.
Pero no solo por
la típica frase de buenas intenciones acerca de un próximo un gobierno de unidad nacional que se anuncia la noche de la victoria (como si el
país viniera saliendo de una guerra intestina, gobierno dictatorial o catástrofe pantagruélica),sino porque algunos, como Felipe Kast, llegan al extremo de afirmar que su sector debe aspirar a ser la nueva Concertación, no se trataría de propiciar el
retorno de los brujos sino que verían en
el añejo y vilipendiado conglomerado el paradigma histórico de gestión política
y desarrollo económico, social y cultural que requiere nuevamente el país.
Quienes
gusten de la historia política
encontrarán muchos ejemplos en que los ideales de los vencidos impregnaron culturalmente a los vencedores y fueron, a la postre, estas ideas las que florecieron y se mantuvieron en el
tiempo.
Para saber cuán osado será Sebastían Piñera en sus decisiones, conviene revisitar la
columna “Piñera way”, que en noviembre del año 2010 escribió el estratega comunicacional Eugenio
Tironi.
Tras el triunfo del sector de Macri en las elecciones parlamentarias de octubre del año pasado en Argentina, el estratega comunicacional Jaime Duran Barba, creador del fenómeno Cambiemos, dijo bromeando que Macri representa la nueva izquierda mundial.
Si Jaime
Guzmán fue en parte un innovador al proponerse con éxito disputarle los votos
a la izquierda en los sectores populares,
el nuevo presidente electo, ya fenecido el proyecto bacheletista de la Nueva Mayoría, puede tener la tentación de tomar las ideas de la centro izquierda
concertacionista,
En tal caso
el gran triunfador de esta última elección, sin estar siquiera en la papeleta
electoral, será por mucho Ricardo Lagos, lo anterior podría ser cierto si
prestamos atención a que Piñera ya es zurdo y, a lo mejor, ahora resulta ambidiestro.
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