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Todo revuelto

A diferencia del resto, soy un tipo más bien lento, me cuesta entender de primera las cosas y debo volver a revisarlas en mi cabeza para recién comenzar a entenderlas y así pasado un tiempo al fin pueda, en parte, comprenderlas, por lo que suelo quedar las más de las veces descontextualizado y cuando me preguntan algo respondo con lo que me consultaron hace meses.

Muy a pesar mío soy como esos tipos que se ríen luego de horas que se contó el chiste, ello trae algunos inconvenientes porque me aflora la risa de manera inesperada e inoportuna, tanto que a veces piensan que ando riéndome de la gente, soy imprudente o  nada tomo en serio lo cual, obviamente, me acarrea muchos problemas, los peores cuando estoy durmiendo y mi señora me despierta a golpes porque según ella estoy sonriéndome de quizás qué maldades.

En suma mi cabeza fue, ha sido y será un tótum revolútum, disculpen si por aparentar ser culto utilizo un latinismo, suena más educado en lugar de decir que está hecha un soberano despelote, aunque no creo que sea el único, debe haber otros peor, casi rayando la locura, tipos que están para atar y urgente necesitan tratarse.  

Es por lo anterior que volví a releer la entrevista a Eugenio Tironi  en Diario Financiero y me asaltó la duda si acaso el sociólogo estaba bromeando o hablando en serio cuando dijo que la Presidenta tiene sus ojos en la comunidad Progre de NYC, porque de ser cierto aquello Bachelet optaría por la Izquierda Exquisita (o whisquierda como también se le conoce) lo que sería un tremendo desaire a la izquierda vinosa de los parroquianos del Bar The Clinic y, de paso, también a esos chincheles de mala muerte de la Estación Mapocho repletos de chichones que temprano acuden a hacer la mañana para componer el cuerpo y sosegar un poco los etílicos demonios que les revuelven la sesera.

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