Coincidencias

Acabo de leer la columna “Historias de Cisnes” de Eugenio Tironi que publica hoy El Mercurio*, no sé si será coincidencia pero el fin de semana saliendo del Homecenter Sodimac, luego de comprar 4 ampolletas y una bolsa clavos, me encontré con un conocido con quien no hablaba hace rato me comentó que no es por ser chovinista pero estaba harto  de los nortinos avecindados en la zona, esos funcionarios públicos o privados con sueldos más bien altos casi privilegiados, que se lo pasan despotricando contra Magallanes.

Que no les gusta el viento y no solamente porque su ida a la peluquería queda en vano, como tampoco la nieve y cuando quisieron conocerla resulta que ahora ya no cae, la escarcha ¡un horror! viven a punta de porrazos y con riesgo de destrozar el auto, fuera de que aquí la gente no sabe manejar, además que llueve, pero no se puede usar paraguas o de repente sale  el sol, las cuatro estaciones en un rato que uno nunca sabe si salir arropado o desabrigado y con el agujero del ozono nos estamos cocinando sin siquiera percatarnos.

Prosiguen con que los colegios son malos, la gente es copuchenta, tonta y escandalosamente lenta para hacer las cosas, una tortuga corre más rápida que la internet,  la fruta es cara; no hay donde ir  -cuestión bien rara porque la superficie de la Región es  la de mayor extensión  y menor densidad poblacional del país-  porque el camino a Las Torres del Paine es un desastre el auto queda lleno de polvo y el alojamiento en el parque es costoso, con el clima horrendo y los mosquitos no se puede acampar y si acaso está nublado no se verán Los Cuernos ni menos Las Torres, por lo que es más cómodo  conocerlas a través de postales donde incluso se ven más bonitas de lo que son en realidad; no hay playas y no van a ir al Chapuzón del Estrecho si quieren mojarse las patas, hay poca  actividad cultural añoran los mall y el ambiente cultural de las grandes urbes chilenas, porque uno debe imaginar que ellos eran frenéticos consumidores de Alta Cultura y, solo un poco, usuarios compulsivos de shopping.

Me señala que luego de escuchar el panegírico de la vida nortina en desmedro del comportamiento magallánico les dice que si tanto les desagrada estar aquí, van a terminar enfermándose, como deben cuidar su salud y  para que no se depriman si vivir en Magallanes es  para ellos suplicio lo más seguro es que envejezcan antes, les aclara que no es por molestarlos cuando les sugiere, muy cortés, que mejor se vuelvan p´al norte ya que no sabe como explicarse que a pesar de todo lo malo todavía sigan aquí

* http://www.elmercurio.com/blogs/2017/10/17/55007/Historias-de-Cisnes.aspx