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Carta abierta para aspirantes a La Moneda


Estimadas y estimados teniendo presente que el financiamiento  electoral, salvo a uno que otro, es un tema que los tiene abrumados e  impide desplegar a plenitud vuestras campañas, en mi calidad de ciudadano común y corriente preocupado por el devenir político de este país, viéndome iluminado  por el espíritu caritativo y democrático de SQM he resuelto, en pleno uso de mis facultades y por voluntad propia, donar un peso a cada una de vuestras canastas.

No  lo hago por cercanía afectiva, partidaria ni ideológica, como tampoco religiosa, sino tan solo por un afán de  garantizar la igualdad de armas en la próxima contienda electoral, para que quien resulte vencedor no vea después deslegitimado su triunfo por la mancha de una competencia desigual.

No se piense que busco conseguir favores políticos, leyes a mi medida, beneficios en futuras licitaciones o quiera lavar dinero, menos que disfrute contar riquezas delante de los pobres o de que soy un tipo derrochador al que le gusta botar la plata, porque aunque no tengo fortuna, ni soy un numismático al que las monedas le sobren, por el contrario a fin de mes siempre me faltan, ello no quita que siga el precepto bajo el cual en Natales me criaron, aquel de que uno no puede ir por la vida de tacaño.

Les agradecería me informaran a la brevedad sus cuentas Rut para  depositar o hacer efectiva la transferencia electrónica, aunque como preferiría donar en metálico avisan a mi correo particular el lugar donde tienen su saco de limosnas o el machucado tarro de la colecta.

Ahora bien, si alguno o alguna piensa que como el Banco Central comunicó que no acuñará más monedas de un peso, porque al parecer ya no sirven para nada, no encontré entonces un mejor modo para deshacerme de éstas, me sentiría muy ofendido ya que están muy equivocados lo mío son sinceras ganas de cooperar y no es que tenga una bolsa de monedas de a peso guardadas bajo la cama y no sepa qué hacer con ellas porque no me invitan a bautizos, no creo en fuentes ni pozos de los deseos o considere de muy mala educación lanzar monedas tanto a los árbitros como a parlamentarios.

Pero si aun así hay quien se niegue a recibir el  peso, como sé que no puedo interferir en su decisión, en aras de la transparencia me atreveré a dejar constancia que conozco el  Rut, dirección, email, incluso tengo el wasap de la señora Opinión Pública, por lo que seré implacable en denunciar que quien rechazó la moneda chica no tiene ningún derecho a La Moneda grande.

Muy cordialmente
El generoso Pepito El Breve


Magallanes, Punta Arenas, 3 de octubre de 2017

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