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Corte y confección

Si bien conozco mis defectos, el caso es que los aborrezco, soy petiso, de talle corto y encorvado, por años de soportar esta postura agachada resulta que estoy jorobado, mi tronco breve y pescuezo escaso me hace ser desproporcionado, no estoy conforme con mi cuerpo, que está cada vez más inflado, culpa de la diosa fortuna me hizo llegar tarde al  reparto del canon de Policleto.
Como casi no tengo cuello y los brazos con relación al cuerpo son más bien largos me cuesta  encontrar la camisa adecuada, porque si una de cogote me queda bien, de mangas largas y, a la inversa, si de mangas calzan perfecto, de cuello y panza apretada, así soportar un día abotonado es peor que morir ahogado, no me queda, entonces, más que vestir desguañangado.
Se me va la vida envidiando a esos autonómicos jóvenes de ahora que suelen vestir de forma casual y, prolijamente, desaliñados, que los hace hasta verse ordenados, como desahuciaron la corbata no tienen que preocuparse de combinarla, y si una camisa no les sienta, nada más se ponen otra.
El diputado Boric es uno de estos, con esa proactividad juvenil innata sabe al instante cuando algo no le anda bien y lo cambia, como  ocurrió con el primer movimiento que él fundó, no es por exceso de protagonismo, pero el honorable no está para críticas vanas, más si conoce de historia universal y sabe bien que el justicialismo no sería nada sin Perón.
Porque al igual que Dolce&Gabbanna, resulta que Boric es hoy marca registrada no tiene la menor intención de salir de la oferta electoral, o que otro llegue a ocupar su lugar, porque el autonomismo en Chile tiene nombre propio.
No fue para nada casual, entonces, que hace un año cuando anunciara la formación de su nuevo referente lo hiciera en la casa central de la Universidad Católica de Valparaíso, cerca del Congreso donde trabaja y, también, de la tienda Fernando Llona que confecciona camisas a la medida, allí el diputado habría encargado una;  así es posible que ya no le veamos más vistiendo su tradicional camisa escocesa, pero no será por una jotosa roja amaranto de los setenta, sino más bien arropado de una izquierdista cuellito Mao.
A no ser que, una vez más, nos sorprenda a todos y para solidarizar con los chilotes que se oponen al Puente de Chacao, luzca gorro y chomba de guiñiporra.

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