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El juez y el indio

La controversia por un bronce sacude Punta Arenas, se trata de la estatua del Juez Waldo Seguel que estaba ubicada en calles Colon con Bories y que fuera retirada luego que se iniciaran los trabajos para levantar en dicho lugar un espacio dedicado a los derechos humanos. Gente del mundo de las leyes que visitaba la ciudad comentaba que Punta Arenas era una de las pocas ciudades del país en que un juez tenía una estatua.

Una vez que finalizaron los trabajos la estatua nunca fue repuesta, más aun si diversas organizaciones se opusieran a que la figura de Waldo Seguel, que asumió como juez de Punta Arenas, el 30 de marzo de 1894, estuviera en la Plaza de Los Derechos Humanos, porque en su tiempo como letrado  poco y nada hizo para evitar la masacre, exterminio y atropello cometidos por los colonos contra los indígenas australes.

Se busca, afanosamente, un lugar para el juez que no genere rechazo -cosa que en estos días como está la imagen de la justicia casi parece un imposible-  el antejardín de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas sería el apropiado, las conversaciones están avanzadas, sobre todo luego que hace un tiempo mandaran a cortar los centenarios árboles que distinguían al lugar.

Como cuando se cumplieron 40 años del golpe militar en Chile, la Corte Suprema emitió una declaración pública  leída por su  entonces Presidente Rubén Ballesteros, que en parte expresaba: "No cabe sino reconocer que si esos atropellos efectivamente ocurrieron, en parte se debió a la omisión de jueces de la época que no hicieron lo suficiente para determinar la efectividad de acciones delictuosas, las que por cierto ofenden a cualquier sociedad civilizada”.

Podría ser tiempo que la judicatura magallánica, antes de reinaugurar la estatua, hiciera algo similar, no copy page por cierto, pero al menos referirse a los vejámenes a los indios que fueron en su momento denunciados y que Waldo Seguel omitió; después le pueden sacar brillo a la imagen de tan distinguido magistrado.

Pero no solo la de Waldo Seguel es controversial, en el patio central del Regimiento Caupolicán, de Porvenir, capital de Tierra del Fuego, se encuentra  la del toqui mapuche, la misma que está en el Cerro Huelén y que en realidad es la de un indígena norteamericano, para los yanquis es la del último de los mohicanos. Dicen que incluso turistas de ese país que han visitado el lugar  han dado cuenta del hecho.

No sería de extrañar que un ciudadano de Estados Unidos que llegue el destacamento militar más que preguntar por qué no está la de un mapuche original, consulte si puede ver la del General Custer, es capaz que tuvieran una porque La Conquista del Oeste y el Ejercito “Pacificador” tuvieron similar objetivo someter a punta de fusil y balas a los indios. 

En Puerto Natales cuestionaron  el Monumento al Minero del Carbón, porque el modelo utilizado parecía mono animado, como sacado de la revista de historietas Patoruzú o diseñado por Dante Quinterno.


Los natalinos protestaron tanto hasta que lo derrumbaron y pusieron en su lugar la imagen de un minero, que más que obrero del carbón parece el modelo de un soldado propio del arte totalitarista soviético, pero no sé si se habrá dado cuenta de aquello el alcalde de derecha que lo inauguró.

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