Puede usted ser el ser tipo más apático y poco cariñoso que hay, como yo, que, en caso que tenga hijos o hijas, para el Día del Padre, recibirá algo igual, ya sea calcetines térmicos o bufanda, una botella de vino o quizás whisky, su atado de cigarros si se es adicto a esos “cilindros nicotinosos fácilmente aspirables”, como los llamaba Edmundo “Bigote” Arrocet, o bien el último libro de su autor preferido. Puede ser que lo inviten a comer afuera o su buen asado en casa, porque hasta a Darth Vader, le dará un obsequio Luke Skywalker en el Día del Padre. En mi caso, también ocurrió, mi hija menor que estudia en el norte me envío unos guantes y gorro para capear el frío austral y la mayor, que ya está trabajando, se extralimitó y me obsequió un Apple Watch, esos relojes inteligentes que están de moda y sirven no solo para ver la hora, también recibir correos, whatsapp, controlar la frecuencia cardiaca, además de medir cuántos kilómetros recorre uno al caminar o trotar y u...
Crónicas, columnas, semblanzas y otras escrituras ideológicamente falsas