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Mostrando entradas de mayo, 2025

Tres razones magallánicas para justificar ir al extranjero con licencia médica

Tres son las razones con que los habitantes de la Región de Magallanes pueden justificar viajar  al extranjero estando con licencia médica 1.     La primera, es una razón geográfica, los magallánicos sienten a su tierra como una República Independiente, hasta tienen bandera, eso lo percibe cualquier nortino que al pisar la loza del Aeropuerto Presidente Ibáñez, recorrer las calles de Punta Arenas, Porvenir, Puerto Williams y Natales,  maravillarse con el paisaje de la patagónica austral  exclama:  “¡Guau!, esto es como estar en otro país”  y corren a adquirir como recuerdo de su visita la bandera regional .  A la inversa, para los magallánicos es como viajar al extranjero  cuando sea solo ir a Aysén o más al norte. Tal situación debe haber confundido a la inteligencia artificial de la Contraloría que realizó el cruce de datos y detectó,  como viajes al exterior,  los viajes al norte de Chile de los magallánicos,...

Con licencia para votar

  A raíz del informe de Contraloría General de la República, el cual detectó que más de 25 mil funcionarios públicos salieron del país estando con licencia médica, diferentes instituciones como el poder judicial y el Congreso Nacional, entre otras, anunciaron que investigarán eventual mal uso de licencias médicas entre sus miembros.  El Congreso Nacional ¿considerará el caso de parlamentarios que, estando con licencia médica, ya sea por enfermedad o maternal, interrumpen su reposo para ir a sufragar o será aquello, para los honorables, no motivo de descrédito, sino de aplauso?

Ocurrencias

  Así como los escritores llaman a las musas, yo, que no soy escritor, tengo a la madre de nuestras hijas, no sé si será musa o no, el caso es que es perversa. Acabo contarle que leí por ahí que el mono se convirtió en hombre cuando Dios le contó un chiste y el simio se rio, surgiendo al mismo tiempo la risa y nuestra humanidad, pero, en lugar de encontrarlo gracioso, me rebatió “primero el mono debía haber creído en Dios”, dijo y me dejó marcando ocupando. Es que ella, debo reconocer, no solo es más inteligente que yo, lo que no sería de extrañar si en los test de sesera, con mucho esfuerzo, transpiración y, a duras penas, alcanzo el umbral inferior de normal bajo; sino lo que más le admiro, aunque más bien envidio, es que sea más ocurrente. A veces pienso que disfruta burlarse de mis limitaciones intelectuales cuando consciente de sus virtudes suele, socarronamente, burlarse de mí “debes agradecerme, porque a ti no se te ocurre nada, todo te lo he contado yo”. Cuando se d...