El pago de Allende

 Nadie duda que el país le debe mucho a Salvador Allende. Pero otra cosa es que su hija la senadora Isabel Allende, junto a la nieta del ex mandatario, la ex ministra Maya Fernández, pretendieran cobrar parte de esa deuda al Estado, vendiéndole a este la casa de Guardia Vieja, que todos en el país se quedaran callados y pasaran por alto que, una en su calidad de senadora y la otra de ministra, estaban impedidas constitucionalmente para firmar dicho contrato de compraventa, porque lo contrario, pensarán los Allende, es como recibir el pago de Chile.

La exsenadora Allende, en su última alocución en el hemiciclo del Congreso, persistió en justificar su actuar "En ningún momento -repito, en ningún momento-ningún ministerio, ningún funcionario, ninguna autoridad involucrada, nos advirtió o recordó, que existía una posible inhabilidad constitucional", dijo, quizás asesorada por alguno de sus férreos defensores.

Precisamente estos últimos, practicando esa "sorprendente gimnasia conceptual imaginada para exculparla", de la que habla Carlos Peña, en su columna la Lección de I. Allende, podrían, si no lo han hecho ya, sostener que el actuar de Isabel Allende, se exculparía por el “error de prohibición”, un desconocimiento de la norma o de lo ilícito de su actuar; obviando, por cierto, que no es ninguna Carmela, que de San Rosendo, de pronto se vino a vivir a la ciudad, por el contrario, siempre ha sido citadina y llevaba más de 30 años como parlamentaria.