Todo padre añora que su hijo o hija siga sus pasos, se da en los oficios, profesiones, deportes y negocios, pero sucede también en la política, independiente de las ideologías.
Solo para ejemplificar lo
anterior, El Mercurio en su edición de hoy sábado informa que en la disputada
contienda que se dará en la oposición por cupos de senadores impedidos de
repostular, se menciona que el senador por
la Región del Maule, Juan Antonio Coloma Correa, dejará su cargo el 2026 e irá en ese cupo su hijo el diputado por la
Región Metropolitana, Juan Antonio Coloma Álamos, a su vez, a este último, uno
de los que pretendería reemplazarlo en la cámara de diputados, sería su hermano
Jaime Coloma Álamos.
El cargo político pasaría a ser
una empresa familiar y, así como se heredan los negocios, se testarían acciones
de la banca, del Congreso -¡Claro está!- ya sea un escaño en el senado o en la cámara
de diputados.
Porque el apellido es una
pesada carga que se debe sobrellevar, la política se lleva en la sangre, es una
cuestión de linaje, casta o dinastía, todo queda en familia, mero alcance de nombres
no es y cuando se habla de renovar los rostros en la política, en ningún caso,
debe entenderse como renovar, también, los apellidos.
Comentarios
Publicar un comentario