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"Que 20 años no es nada"

 Aquello de que los dos años de pandemia el tiempo se detuvo y solemos percibirlos como años no pasados, recordaba ayer mientras me encontraba en una de esas ceremonias de premiación que las instituciones realizan a fines de año.

Sucede que recibí un galvano por 20 años de servicios prestados, lo cual nada tiene de particular, si no es por el hecho que me parecía haber recibido el mismo diploma, en iguales fechas, el año pasado.

Como sería muy mal educado de mi parte rechazarlo, no les iba decir que se equivocaron, después de todo habría que felicitar a la institución que tuvo la paciencia de aguantar durante dos décadas a un tipo agrio como yo; aunque, si soy sincero, durante estos 20 años de mi travesía laboral, al igual que todo laburante, ¡vaya que soporté tempestades!

El caso es que de regreso a casa, como soy perseguido, llegó la angustia, porque al comparar los diplomas ratifiqué que me entregaron un diploma por 20 años el 2023 y, uno similar, este 2024, no sé entonces pensar si me falta un año o me sobran 20. El lamento de Joaquín Sabina “quien me ha robado el mes de abril”, es una bicoca al lado de los 365 días o bien dos décadas que se me escurrieron de las manos.

Me preocupa si el año que me falta ¿habré tenido cotizaciones o serán una laguna previsional?, ahora, si lo enfoco con actitud positiva, pudiera sumar los dos diplomas y tengo la prueba fiel y firmada por los jefes de la institución que, en lugar de 20 años, tendría 40 años de vida laboral, por lo que si están pagadas las cotizaciones previsionales no tengo nada que amargarme.

De ser así ¡qué me detiene para presentar mi carta de jubilación al tiro! porque 40 años de trabajo en una institución que tiene 24 años de existencia no lo hace cualquiera.

Ahora si la institución no pagó cotizaciones previsionales ¡qué me preocupo! llamo al abogado laboralista Pablo Bussenius y los demando. Pero ¿a quién engaño? tengo 62 años de edad y para enterar 65, todavía me quedan tres años.

Lo más complicado es justificar en casa dónde estuve esos años, no podría afirmar que trabajando, porque está vigente la nueva ley de 40 horas semanales y mi jornada habría sido casi de 20 años de cárcel efectiva, otra prueba más que el letrado Bussenius, sumará a la demanda.    

Pero, aun así, me exigirán saber dónde diablos me metí ese tiempo y no saco nada con decirles que, a lo mejor hay realidades paralelas, mecánica cuántica o que, como dice Gonzalo Rojas “Los días van tan rápidos” y 20 años, no es nada.

Comentarios

  1. Esto perfectamente cruzaría con algún suceso ocurrido en Macondo... a propósito de la serie

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  2. De verdad, que 20 años es nada.

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  3. cuando cumpla los 65, se enfrentará a la "rial" con la AFP.

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  4. Estimado... tienes buen abogado, el compañero Bussenius también es mi abogado!

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    Respuestas
    1. Me olvidé de poner mi nombre... soy Alejandro (y sí Bussenius es mi abogado)

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