Puede usted ser el ser tipo más apático y poco cariñoso que hay, como yo, que, en caso que tenga hijos o hijas, para el Día del Padre, recibirá algo igual, ya sea calcetines térmicos o bufanda, una botella de vino o quizás whisky, su atado de cigarros si se es adicto a esos “cilindros nicotinosos fácilmente aspirables”, como los llamaba Edmundo “Bigote” Arrocet, o bien el último libro de su autor preferido. Puede ser que lo inviten a comer afuera o su buen asado en casa, porque hasta a Darth Vader, le dará un obsequio Luke Skywalker en el Día del Padre. En mi caso, también ocurrió, mi hija menor que estudia en el norte me envío unos guantes y gorro para capear el frío austral y la mayor, que ya está trabajando, se extralimitó y me obsequió un Apple Watch, esos relojes inteligentes que están de moda y sirven no solo para ver la hora, también recibir correos, whatsapp, controlar la frecuencia cardiaca, además de medir cuántos kilómetros recorre uno al caminar o trotar y u...
Oscar Landerretche Moreno, es un tipo rudo, no solo porque sobrevivió, gracias al Supremo -no uno de la Corte chilena sino el de más arriba- al estallido de un paquete bomba que el año 2017 terroristas enviaron a su hogar; también porque es aficionado al boxeo, de hecho, cultivó o cultiva el noble deporte de los puños. En su condición de púgil se le ha visto desde que se arrogó la vocería virtual de la candidatura de Carolina Tohá, nada de colgar guantes, todo lo contrario, no ha hecho más que lanzar jab, cross y hook a las demás candidaturas. Que si pierde Toha, él duda apoyar a la candidatura triunfante; que en caso de que gobierne la derecha “quiero ver si -el Frente Amplio- no convierten al país en un maldito infierno” son algunos de los uppercut al mentón de la unidad de la coalición que Landerretche ha propinado, poco ha faltado para que no caiga a la lona. Es como si quisiera llevar a sus adversarios de primarias al cuadrilátero y emular esas memorables jornada...